INTRODUCCIÓN.
1. LA SOCIEDAD Y CULTURA DEL ROMÁNICO.
El contexto histórico: el feudalismo.
El Románico como cultura rural.
Los monasterios y las órdenes monásticas.
Las ciudades.
2. ARQUITECTURA.
2.1. CARACTERÍSTICAS.
2.2. EVOLUCIÓN.
Primer Románico: 1000-1075.
Románico Pleno: 1075-segunda mitad s. XII.
Románico Tardío: 1200-segunda mitad s. XIII.
2.3. ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS.
Plantas.
Muros.
Materiales.
Luz.
Columnas y pilares.
Cubiertas.
Arcos.
Puertas.
Torre campanario.
Decoración.
Simbolismo.
2.4. TIPOS DE CONSTRUCCIONES.
IGLESIAS.
Iglesias de peregrinación.
Iglesias basilicales.
Iglesias de tipo rural.
MONASTERIOS.
La estructura del monasterio.
ARQUITECTURA CIVIL Y URBANISMO.
2.5. ESCUELAS.
FRANCIA.
ITALIA.
ESPAÑA.
La escuela catalana.
La escuela del Camino de Santiago (castellano-leonesa).
Catedral de Santiago de Compostela.
3. ESCULTURA.
3.1. CARACTERÍSTICAS.
Escultura arquitectónica.
Escultura exenta.
3.2. EVOLUCIÓN.
3.3. TEMÁTICA.
3.4. ESCUELAS.
FRANCIA.
ITALIA.
ALEMANIA.
INGLATERRA.
ESPAÑA.
4. PINTURA.
4.1. CARACTERÍSTICAS.
4.2. EVOLUCIÓN.
4.3. TEMÁTICA.
4.4. ESCUELAS.
FRANCIA.
ITALIA.
ALEMANIA.
ESPAÑA.
Cataluña.
Castilla y León.
4.5. MINIATURA.
INTRODUCCIÓN.
Un resumen.
El término
“Románico” se debe a De Caumont (1824), como derivación de la formación
en dicho periodo de las lenguas romances y como extensión de la
supuesta influencia del arte romano en todo el arte de los s. VIII-XII,
aunque luego este periodo se redujo a los s. X-XIII, dando entidad
propias a los estilos visigodo, asturiano, mozárabe, carolingio,
otónida... Su fin no fue repentino ni coetáneo en todo Occidente: en
Francia decayó por el empuje del Gótico desde principios del s. XIII,
pero se mantuvo bastante más tiempo en Italia y España.
El arte
románico se desarrolló principalmente em las regiones donde la
tradición romana había permanecido viva (norte de Italia en el Imperio
Romano Germánico, Francia y España), en confluencia con los
carácteres bárbaros del arte prerrománico, los precedentes carolingio y
otónida, y con importantes aportes de Bizancio y del Islam.
Es el primer
estilo internacional del Occidente Medieval, la primera manifestación
artística del carácter unificador de la cultura europea, la cual
llevó consigo el comienzo del proceso diferenciador entre Oriente y
Occidente, en torno al naciente concepto de cristiandad, que culminaría
con el Cisma de Occidente. Hay una verdadera fiebre de construcción en
Europa desde 1000, sobre todo de iglesias (texto de Glaber, 1048),
por grupos ambulantes de maestros y picapedreros, al tiempo que la Iglesia
y los monasterios promueven las grandes rutas de las peregrinaciones
(Roma, Tierra Santa, Saint-Michel, Santiago de Compostela), todo lo cual
difunde el Románico por Occidente, desde Italia a Inglaterra,
desde España a Alemania, e incluso en Palestina con las Cruzadas
del s. XII.
El carácter cristiano es patente en todo el arte: la clientela, los tipos arquitectónicos, los temas figurativos. Pero
también el arte románico refleja la estructura social feudal,
piramidal, al presentar a un Dios todopoderoso, hierático, que
imparte justicia.
El románico es
un arte profundamente unitario en muchos de sus aspectos, pero tiene
también una multitud de escuelas o derivaciones locales, debido a la
diversa aplicación regional de los mismos principios fundamentales. Sus
centros son variados, desde las ciudades (que comienzan a resurgir
con el comercio desde el s. XI y que edifican sus
iglesias-catedrales) a los monasterios rurales cistercienses y las
iglesias de los pueblos.
En España es un
arte fundamentalmente de importación, que se introdujo por Cataluña y
el Camino de Santiago, mediante la orden de Cluny, y favorecido por la
consolidación de los reinos cristianos en el s. XI y la entrada de
dinero (parias) desde la España islámica a la caída del califato omeya.
En el Románico
hay una clara jerarquía de las artes, con predominio de la arquitectura,
a la cual se subordinan las artes plásticas, que se integran y adaptan
en el marco arquitectónico.
La
arquitectura se centra en un gran tipo constructivo, el templo,
definido por su estética maciza (muros sin aperturas, lo que oscurece
el interior), la cubierta de bóveda de cañón (en los espacios
rectangulares, exigiendo muros con igual fuerza en toda la longitud),
la articulación en tramos (lo que facilita la utilización de las
cimbras de madera y abarata la construcción y la reparación), con
arcos de medio punto (fajones, formeros y torales) sostenidos
por los pilares y los gruesos muros reforzados por contrafuertes en
los puntos de soporte. Otras cubiertas alternativas son las bóvedas de
arista (en los espacios cuadrados de las naves centrales y laterales, y
que permitían apoyar el peso sobre cuatro puntos, que debían ser
reforzados con contrafuertes y que permitían que el resto de los muros
fuesen más ligeros y con ventanas más amplias, en lo que es un paso
esencial hacia el arco ogival y el futuro estilo gótico) y las de cuarto
de esfera (en los ábsides y capillas), y las cúpulas (en los
cruceros) sobre trompas o pechinas. Las torres campanario (o
espadaña) en la fachada o laterales son el único elemento claramente
vertical. Hay un clara mejora de los materiales, desde la inicial
piedra rota hasta el sillar bien pulido del Románico pleno.
La decoración
es muy rica, con pinturas murales cubriendo casi todas las paredes y
con grandes conjuntos escultóricos en los portales y las ventanas,
en los capiteles de los pilares y en las galerías de los claustros.
Se distinguen
las iglesias-catedrales, de planta basilical de nave única, y las
iglesias de peregrinación, más monumentales, adaptadas al rito de
los peregrinos mediante la multiplicación de las naves, un amplio
transepto, un deambulatorio (o girola) para la vuelta procesional
alrededor de la tumba del santo (generalmente situada en la cripta
bajo el altar mayor) y un amplio ábside con capillas radiales.
Los monasterios, con un templo y varios edificios especializados, son conjuntos arquitectónicos notables.
Hay numerosas
escuelas o centros de difusión de la arquitectura, destacando
inicialmente la lombarda, con su solución revolucionaria de la bóveda y
las decoraciones de lesenas y arcuaciones ciegas, que recogió la
influencia romana y bizantina, y se difundió por la Toscana, el sur de Italia —sobre todo en Sicilia, donde se enriqueció con la influencia normanda, bizantina e islámica—
y hacia la misma Francia. Las escuelas de Francia, algo
posteriores, son los grandes centros difusores hacia el resto de
Europa, destacando la de Provenza, muy influida por el arte romano
sobreviviente, con grandes basílicas con crucero coronado por
cimborrio y con las naves laterales resueltas en cuarto de esfera; de
Toulouse, con deambulatorios festoneados de capillas radiales; de
Auvernia, con tribunas elevadas sobre las naves laterales; de
Perigord, con tendencia a la impostación de las cúpulas; de
Normandía, monumental, con su fachada de dos torres y su cubierta de
madera, que se difunde hacia Inglaterra y la Europa Central; de Borgoña, con las grandes iglesias de peregrinación promovidas por la Orden de Cluny, que se extiende hasta Castilla y León por el Camino de Santiago.
Los temas
figurativos de las artes plásticas, con una gran unidad en la escultura y
la pintura, siguen una finalidad didáctica de tipo religioso. Domina
una estética naturalista, pero irreal, en la que los cuerpos son
inmateriales, casi abstractos, estáticos, adaptados al marco,
prefiriendo la interpretación antes que la narración. Es un arte
majestuoso e hierático en el que interesa sobre todo su contenido
simbólico. Predominan los ciclos del Viejo y del Nuevo Testamento y
las vidas de los santos, lo que da una gran homogeneidad iconológica al
Románico, aunque las distintas tradiciones culturales de las
regiones repercuten en una gran diversidad de escuelas.
De los mismos
centros de la arquitectura provienen los avances en la escultura,
partiendo de formas decorativas ornamentales de gusto bárbaro —sobre todo geométricos y vegetales, que pervivirán en la ornamentación—
para llegar a los grandes ciclos figurativos compenetrados con las
estructuras arquitectónicas, destacando los talleres de Toulouse y
del Rosellón. Las tallas de madera son de una gran expresividad (en
especial los Cristos). En general, los espacios más concurridos se
dedican a los grandes temas sagrados y los lugares más recónditos a
los temas más profanos y cotidianos.
En pintura, las
grandes decoraciones de pintura mural (al fresco y al temple) en los
muros y las bóvedas tuvieron una programación iconográfica de origen
bizantino, reelaborada en Italia y difundida junto a las
construcciones lombardas. Después se diversificó en la pintura de
baldaquines y antipendios (tablas de los altares). En general, los
programas iconográficos se disponían según un orden invariable: en el
ábside el Pantocrátor -justiciero e implacable- en el interior de la
almendra mística, flanqueado por el Tetramorfos (los Cuatro
Evangelistas o sus símbolos); pero este lugar central podía estar
ocupado también por la Virgen
y el Niño, rodeada por los Magos que presentan sus ofrendas. Por
debajo del ábside, una galería de Apóstoles con sus atributos. Los muros
laterales se dedicaban a temas evangélicos y otras alegorías,
reservando el muro posterior, a los pies del edificio, para el Juicio
Final. En las bóvedas y cúpulas, podía haber el Juicio Final u otros
temas.
En las artes
menores o decorativas, cabe señalar la expansión de la orfebrería y el
esmalte, en metal y marfil, con influencias bizantinas e islámicas. La
miniatura (iluminación de libros) alcanzó una gran calidad en los scriptoria
monásticos y episcopales, continuando la gran tradición carolingia y
otónida y sirvió como gran vehículo de difusión de los temas
iconográficos y de los motivos ornamentales en todo Occidente.
1. LA SOCIEDAD Y CULTURA DEL ROMÁNICO.
El contexto histórico: el feudalismo.
Su contexto
histórico es la crisis que experimenta Europa tras la descomposición
del Imperio Carolingio, con la aparición del feudalismo.
En lo religioso es la época de las grandes reformas monacales, de las peregrinaciones, del terror milenario, de las cruzadas.
Factores:
Terror milenario, no sólo en el 1000, que exaltó la religiosidad (tema
del Apocalipsis, Juicio Final). Feudalismo triunfante, que promueve
monasterios y castillos en el campo gracias a la mayor estabilidad
política. Desarrollo demográfico en los espacios urbano y rural, con un
fuerte crecimiento económico (se promueven más iglesias y
catedrales), pero con una riqueza basada en la tierra, con un comercio
aún escaso.
Reforma de las instituciones religiosas (monasterios benedictinos, Papado). Se
consolida una Europa cristiana y con una cultura y un arte en común,
que se difunden por el monacato y sobre todo por las
peregrinaciones en los Caminos (culto a las reliquias de los
santos). Las Cruzadas abren Europa a influencias orientales.
Mezcla de
influencias artísticas locales y externas muy variadas. No hay un
centro único de origen, aunque Borgoña y Lombardía son los más
influyentes.
Cronología: apogeo en ss. XI y XII, y en ciertos lugares perdura hasta finales del s. XIII.
El Románico como cultura rural.
Es un estilo
artístico que da respuesta a las necesidades de una sociedad básicamente
rural, organizada en torno a los monasterios, los castillos, pueblos y
ciudades de escasa población.
Los monasterios y las órdenes monásticas.
El arte
románico simboliza el poder y el esplendor de los monasterios en la
época feudal, de la que son los auténticos focos culturales.
En la Alta Edad Media predomina la orden benedictina,
que sigue la regla de San Benito, en principio muy austera y que
extenderán sus técnicas agrarias por toda Europa. Pero la riqueza
acumulada por los monasterios a lo largo de varios siglos hizo que los
señores feudales codiciasen las abadías para nombrar titulares a sus
hijos, al igual que los obispados y demás cargos eclesiásticos.
Como reacción a estos problemas el monasterio de Cluny en Borgoña, sede de los orden cluniacence,
fundado en 910 por el duque Guillermo de Aquitania, fue eximido de la
autoridad civil y religiosa, dependiendo directamente del papado,
para evitar la decadencia y ser casa de reforma de la vida religiosa y
del pueblo cristiano. Sus monjes elegían a sus propios abades. El
ejemplo cundió, de forma que los monasterios benedictinos se rigen
por la regla de Cluny. El monasterio de Cluny se convirtió en el gran
centro espiritual de Europa y centro de un verdadero imperio
monástico que en el siglo XII comprenderá casi 1.500 abadías y
prioratos, con un poder político y económico de primera magnitud,
promoviendo el arte Románico, las Cruzadas y las Peregrinaciones a
Roma, Tierra Santa (Jerusalén), Santiago de Compostela, Saint-Michel
en Bretaña, fomentando así el contacto entre los distintos pueblos.
Su influencia artística fue notable a través de los scriptoria,
la fábrica de los grandes edificios monásticos y de las artes
plásticas y suntuarias aplicadas a la liturgia. Se difunde de este
modo un tipo de arquitectura y artes plásticas común para Europa
occidental, en el que se renuevan conceptos de la herencia clásica
romana, de su arquitectura tardía, la tradición prerrománica e
incluso la oriental (Bizancio, Islam). Cluny en 1258 perdió su
independencia respecto a la Corona de Francia.
La orden cisterciense
aparece en el monasterio de Citeaux (finales del s. XI), fundado por
Roberto de Molesmes, con el ánimo de reencontrar el espíritu de San
Benito. Sus monjes pretenden una vuelta al carácter austero y
sencillo de la primera Iglesia, santificando el trabajo manual de
nuevo, alejándose del boato cluniacense y viviendo severamente
(dormir en el suelo, comer una libra de pan y dos platos de verdura,
vestir con tosco hábito blanco) y en silencio. Dicho estilo de vida
se extiende rápidamente por toda Europa. En 1154 ya hay 350 abadías y
a finales del siglo XII llega a contar con 1.800 abadías.
La figura más
importante de la orden cisterciense es San Bernardo de Claraval (que
entra como novicio en 1112 y muere en 1154), tercer hijo de un noble.
Hombre de gran prestigio en toda la Europa
civil y eclesiástica, sus ideas incidirán en el arte. Propugna la
sencillez, que quedará plasmada en el rechazo crítico a algunas de las
imágenes con que se decoran los claustros, calificadas como *esos monstruos grotescos, ese desorden de bellezas deformes y de rarezas estéticas+, para buscar expresiones más cercanas al cosmos, más naturales.
Las ciudades.
En esta época
renace la ciudad como núcleo urbano y de producción artesanal, cuyo
desarrollo urbanístico gira en torno a la iglesia-catedral, sede
episcopal, como centro espiritual y objeto de las ambiciones
artísticas de la comunidad, de la que se erige en monumento y símbolo,
aunque también asume la función de sede administrativa y lugar de
reunión, recogiendo el carácter de la basílica romana.
2. ARQUITECTURA.
2.1. CARACTERÍSTICAS.
Las
características principales de la arquitectura románica son: la
jerarquía de la arquitectura dentro de las artes, el predominio de la
iglesia, la cubierta de bóveda de piedra, la organización articulada y
maciza del espacio.
- La jerarquía de la arquitectura dentro de las artes, subordinando a ella la escultura, la pintura y el mosaico.
- La iglesia es el edificio predominante, en una época en que la Iglesia
domina la vida social y cultural. Más secundarios son los monasterios y
los castillos. La construcción exige una capacidad económica
considerable, por lo que las posibilidades de la comunidad explican
las dimensiones, calidad y decoración de cada obra. Hay una disposición de la planta basilical en cruz latina
(con desarrollo del crucero y del cimborrio), en sentido
longitudinal con una cabecera dotada de ábside y a veces de
girola.
- La característica fundamental de la arquitectura románica es la cubierta de boveda de piedra, que exige fuertes muros de sustentación, con escasas aberturas y robustos contrafuertes. Los elementos de soporte son los muros de sillares, pilares y contrafuertes. Los elementos soportados son arcos de medio punto, triforio y bóveda de cañón.
- La organización articulada (tramos) y maciza
del espacio, con fuertes efectos de claroscuro y luces rasantes que
penetran por las escasas y estrechas aberturas (puertas y ventanas).
El efecto macizo se incrementa por los toscos materiales de acabado.
Nace un
espíritu nuevo en la arquitectura (Bruno Zevi), una nueva concepción
espacial: métrica espacial, precisa como la de un organismo vivo, con
concentración de empujes y resistencias, adelgazamiento de
mampostería, abolición del arco triunfal (que restaba unidad a la
iglesia) y del atrio, mayor atención a las fachadas (que muestran la
división interna).
2.2. EVOLUCIÓN.
Primer Románico: 1000-1075.
Pobre y
funcional, con piedra mal tallada o ladrillo; cubierta de madera para
las naves y cubierta de bóveda para el ábside. En algunos casos hay una
bóveda de cañón con arcos fajones y una cúpula sobre el crucero.
Románico Pleno: 1075-segunda mitad s. XII.
Ampliación y
transformación de las cabeceras: deambulatorios, tribunas y
transeptos. La causa es el ceremonial litúrgico más complicado en las
peregrinaciones.
Románico Tardío: 1200-segunda mitad s. XIII.
Catedrales que anuncian el estilo gótico.
2.3. ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS.
Plantas.
Las plantas
dependen de la función, visible en la cabecera: en las iglesias de
peregrinación domina la girola, en las iglesias monásticas el coro.
Hay dos plantas: la más frecuente es la arcaizante basilical pero la más evolucionada y representativa es la de cruz latina
(rematada con ábside para cada nave). Si hay más de una nave las
laterales pueden envolver el ábside con una girola, con pequeñas
capillas radiales (absidiolos) en la cabecera. Abundan las
capillas para albergar las reliquias.
Muros.
Predominio del macizo sobre el vano: gruesos muros, con pocas y pequeñas ventanas abocinadas (saeteras).
Materiales.
El sillar es el
material básico de construcción. Los sillares son macizos, de piedra
bien pulida, de forma regular (escuadrada).
Luz.
La luz es escasa, con fuertes efectos de claroscuro.
Columnas y pilares.
Columnas
cilíndricas, del mismo grosor, que olvidan las proporciones
clásicas. Capitel de hojas, imitación del corintio, con motivos
vegetales, animales o historiados. Las columnas abundan sobre todo en
los claustros, pero son poco relevantes en las iglesias.
Los pilares son el principal soporte. Se distinguen los compuestos, robustos, con pilastras y columnas adosadas.
Cubiertas.
Al principio hay una cubierta de madera que será sustituida por bóvedas de piedra.
La bóveda de cañón
es la gran innovación para cubrir las grandes naves basilicales,
generalmente en tramos rectangulares, pero también hay bóvedas de
arista (que aparecen en los tramos cuadrados como intersección de dos
bóvedas de cañón, generalmente para las naves laterales), bóvedas de
cuarto de cañón (para las tribunas sobre las naves laterales) y de
cuarto de esfera (o de horno, para los ábsides). Este avance se
explica porque la cubierta, realizada en la mayoría de los casos por
una bóveda de cañón, se divide en varios tramos independientes, lo
que abarata la construcción al poder utilizar una misma cimbra
(armazón provisional) repetidas veces, al mismo tiempo que permite
realizar con facilidad reconstrucciones parciales en caso de ruina.
Esta técnica requería el refuerzo de la bóveda por medio de arcos
fajones, por lo que los constructores se vieron obligados a levantar
pilares compuestos como sistemas de apoyo para transmitir los empujes a
las naves laterales, empujes que son absorbidos por gruesos muros de
cierre reforzados mediante contrafuertes.
Cúpula en el crucero. Como el crucero es muy difícil de cubrir,
se usa a menudo la cúpula-cimborrio (cimborrio que aparece en el
exterior), con apoyos en trompas y pechinas (una influencia
bizantina). En ocasiones también se utilizó la torre linterna.
Arcos.
Se emplean varios tipos de soportes: arcos fajones (también llamados perpiaños, dividiendo en tramos la bóveda de la nave central) sobre pilares, arcos formeros paralelos al eje de la bóveda, arcos torales
en el crucero, y las medias bóvedas de las tribunas. Para soportar
las bóvedas generalmente se usan arcos en el interior y
contrafuertes en el exterior.
El tipo de arco más común es el de medio punto
(pronto doblado), que a veces es peraltado y otras abocinado (su
abocinamiento, con creciente apertura de la luz, tiene una causa
decorativa).
Puertas.
Puertas
abocinadas (como las ventanas), con arcos concéntricos (arquivoltas).
Se distingue el tímpano entre el dintel y el arco, y el parteluz (una
columna en el centro).
Torre campanario.
Torre campanario (una o dos) situada al lado de la fachada principal o en la cabecera. Es el elemento más vertical del templo.
Decoración.
Decoración en
pintura o escultura, con temas vegetales, animales, figurativos... La
decoración es muy rica, con pinturas murales cubriendo casi todas las
paredes y con grandes conjuntos escultóricos en los portales y las
ventanas, en los capiteles de los pilares y en las galerías de los
claustros. En general, los programas iconográficos se disponían según
un orden invariable: en el ábside el Pantocrátor —justiciero e implacable—
en el interior de la almendra mística, flanqueado por el Tetramorfos
(los Cuatro Evangelistas o sus símbolos); pero este lugar central
podía estar ocupado también por la Virgen
y el Niño, rodeada por los Magos que presentan sus ofrendas. Por
debajo del ábside, una galería de Apóstoles con sus atributos. Los muros
laterales se dedicaban a temas evangélicos y otras alegorías,
reservando el muro posterior, a los pies del edificio, para el Juicio
Final. En las bóvedas y cúpulas, podía haber el Juicio Final u otros
temas.
Simbolismo.
El simbolismo
de las iglesias es notable. La planta con tres naves y transepto era
alegoría de Cristo en la cruz. La cúpula central era alegoría de la
bóveda celeste. Los pilares de los Apóstoles y profetas como fundamento
de la Iglesia. Los
muros del pueblo cristiano, un sillar cada hombre. El templo era el
lugar de encuentro del hombre con Dios, en silencio y penumbra, en
recogimiento espiritual.
2.4. TIPOS DE CONSTRUCCIONES.
IGLESIAS.
Iglesias de peregrinación.
Son las más
completas y monumentales, hechas en Románico Pleno. Pueden ser
catedrales en ciudades o templos de monasterios y acogen a multitudes
de fieles y peregrinos. Tienen una gran unidad espacial, con una
armonía y un simbolismo que suscitan la emoción de los fieles.
Se caracterizan
por: Tres naves (la central es mayor). Un gran transepto.
Prolongación de la nave principal en torno al presbiterio, mediante
la girola (deambulatorio para la vuelta ritual de los fieles).
Absidiolos en el ábside (pequeñas capillas de distribución
radial). Tribuna superior. Gruesos pilares de sustentación.
Ejemplos: Santiago de Compostela, San Martín de Tours, Santa Fe de Conques, San Saturnino de Toulouse.
Iglesias basilicales.
Se desarrollan
en el Románico Pleno. Son menos grandes, con tres naves con transepto
menor, cabecera con tres ábsides, a veces cimborrio en el crucero.
Ejemplos: Jaca, San Martín de Frómista.
Iglesias de tipo rural.
Muy numerosas,
servían para muchas funciones: religiosas, civiles y mercantiles. Se
caracterizan por ser pequeñas, con materiales pobres. Plantas muy
variadas: una nave de cruz griega, bien centralizada. La mayoría son
porticadas.
MONASTERIOS.
Las órdenes
monacales (sobre todo la benedictina) se extendieron por Europa,
difundiendo la religión, cultura, arte, técnicas... Ubicadas en
lugares apartados, se distribuían en un núcleo principal con el
claustro, un gran patio con galerías de arcos de medio punto, ordenador
de las dependencias: iglesia, sala capitular, refectorio,
biblioteca, cocinas, dormitorios (en planta superior)... Destaca en
España el de Silos (Burgos).
La estructura del monasterio.
Se presenta
como una ciudad cerrada: centro religioso, cultural, económico, etc.
Hacia él convergen fuertes recursos, aspirando a ser una unidad
autosuficiente de producción en las actividades agrícola y artesanal.
El acceso es
controlado y limitado al exterior de la comunidad (una puerta, un
horario de acceso, un lugar de recepción). Dentro del recinto, todo
está perfectamente pautado, ordenado y hasta jerarquizado, enfocado a
conseguir el cumplimiento del camino de perfección elaborado a partir
de la regla de San Benito de Nursia (siglo VI). La configuración del
monasterio venía definida desde el siglo IX, tras un concilio
celebrado en Aquisgrán. La referencia a esta planta ideal estará
presente en la construcción de todos los monasterios, introduciéndose
sólo algunas variaciones, pequeñas unas veces, de enorme contenido
otras.
La vida gira en
tomo al conjunto iglesia‑claustro, que ocupa el lugar central. Este
conjunto, punto de intersección de la tierra y el cielo, es considerado
como la Jerusalén celestial, la casa de Dios.
Por una parte, situadas a la izquierda, encontramos los edificios de residencia y espera:
· Área de
hospedería. Situada cerca de la puerta; suele haber dos casas, una para
visitantes privilegiados y escolares, y otra para pobres.
· Área de los
novicios. Destinada a los que aspiraban a entrar en la comunidad; lugar
transitorio de donde el aspirante saldrá tras una época de aprendizaje y
la celebración de un ritual (imposición de la cogulla, beso de paz y
retiro de tres días, signo de silencio y soledad, de muerte y
resurrección).
· Área de
enfermería. Apartada del resto, porque la enfermedad se concibe como
una secuela del pecado y una situación de impureza, acrecentada por el
hecho de que se les daba de comer carne para fortalecerlos. El enfermo
carnívoro no participaba de la comunión, y a los que se les administraba
la extremaunción se les dejaba de suministrar carne a fin de que
pudieran participar de la comunión antes de morir. Estar enfermo era
sinónimo de ser pecador, por lo que incorporarse a la comunidad
requería un rito de penitencia y acogida, pero no se moría solo: tras
besar la cruz, el enfermo besaba a todos los hermanos y en su agonía
le acompañaban los hermanos...
Completaban el monasterio: el cementerio, la casa del abad, el área de servicio, el refectorio y la sala capitular.
ARQUITECTURA CIVIL Y URBANISMO.
En la arquitectura civil destacan las casas, palacios urbanos y castillos.
De las casas y
palacios, construidos con materiales pobres en las ciudades, quedan
pocos restos. Tienen dos pisos con una o dos puertas de medio punto y
ventanales.
Los castillos cuentan con mejores materiales, debido a su doble función residencial y defensiva.
Las ciudades
tienen calles angostas, insalubres, de trazado regular si son
fundaciones reales nuevas o sobre ciudades romanas, e irregular si se
desarrollan a partir de varios núcleos o de una población musulmana.
2.5. ESCUELAS.
FRANCIA.
Francia es el
gran centro de la arquitectura románica, con una enorme abundancia de
edificios, sin un modelo único en los varios centros o escuelas
regionales.
Provenza: simplicidad, con grandes basílicas de una destacada
nave central, con crucero coronado por cimborrio y con las naves
laterales resueltas en cuarto de esfera. Hay una gran influencia de
los edificios romanos sobrevivientes. Destacan la iglesia de San
Trófimo de Arlés y la abadía de San Gil.
Poitiers, Angulema y Perigord: en la región de Aquitania. Dominan
las influencias bizantinas con la planta de cruz griega y la
abundancia de cúpulas (Angulema, Perigord) sobre pechinas, y de la
escultura en la fachada. Destaca el remate cónico con escamas en
Poitou, con edificios de tres naves de igual altura.
Toulouse: con deambulatorios festoneados de capillas radiales.
Auvernia: con tribunas elevadas sobre las naves laterales.
Normandía: cubierta de madera, fachada con dos torres, grandes naves, poca escultura. Se difunde hacia Inglaterra y la Europa
Central. Destacan la abadía de Mont Saint Michel y la iglesia de San
Esteban de Caen (ésta tuvo gran influjo en el Románico, en Inglaterra
como en Compostela).
Borgoña: son iglesias de peregrinación. Las bóvedas muy altas,
especialmente la central, ventanales amplios (que iluminan los
capiteles historiados del interior), arcos con dovelas de colores
alternados. Destacan Cluny, Santa Magdalena de Vézelay, San Lázaro de
Autun, San Esteban de Nevers.
ITALIA.
Es muy importante la influencia de la Roma
antigua, advertible en el remate de la fachada a dos vertientes
(similar a los frontones) y en que algunas fachadas tienen prótiros
(porches exteriores, a veces sostenidos por leones) siguiendo el
modelo de los pórticos clásicos romanos. Hay también influencia
paleocristiana (crucero poco destacado), así como de la basílica
lombarda (con bóveda y pilares).
Lombardía. Es el gran centro difusor de inicios del Románico,
con su solución revolucionaria de la bóveda, que recogió la influencia
romana y bizantina, y se difundió por la Toscana,
el sur de Italia -sobre todo en Sicilia, donde se enriqueció con la
influencia normanda, bizantina e islámica- y hacia la misma
Francia. Destaca también por las decoraciones de lesenas (bandas
lombardas con pilastras verticales, muy difundidas en Europa) y
arcuaciones ciegas (galerías de arcos ciegos en los muros, los
"arquillos lombardos"). Destaca el ejemplo de San Ambrosio de Milán
(con bóveda de crucería y crucero poco destacado).
Toscana: Recibe la influencia lombarda y de la arquitectura
clásica romana. Se caracteriza por las logias (galerías de arcos
vivos), importancia de las columnas, decoración con variado
cromatismo pétreo, predominio de la horizontalidad. Conjuntos de
edificios separados de catedral, baptisterio y campanile. Destaca
el conjunto de Pisa, y el templo de San Miniato de Florencia
(simetría, equilibrio; geometría; rica decoración de incrustaciones).
Sicilia, Nápoles: Recibe la influencia lombarda y de la
arquitectura clásica romana. Influencia de la decoración islámica y
bizantina (mosaicos, mocárabes) y de cúpulas. Destacan los templos de
Monreale (con extraordinaria decoración), Bari.
ALEMANIA.
En Alemania
domina un arte imperial, monumental. Pervive la tradición otónida y
recibe variadas influencias: lombarda, francesa. Se caracteriza por las
plantas con ábsides en cabecera y pies, arquillos en muros y en torres
circulares, naves elevadas. Destaca San Miguel de Hildesheim
(cubierta de madera) con una planta como de dos iglesias adosadas (dos
cruceros, dos presbiterios, dos ábsides), Santa María de Laach, y las
catedrales de Spira, Worms y Maguncia (estas con cubiertas de bóveda
de arista). La duplicación del ábside obedecía al ritual estacional
(con procesiones a los diferentes altares), mientras que la reforma de
Cluny concentraba coro y altar en un solo lugar para celebrar la misa.
INGLATERRA.
Relacionada con
la escuela normanda (desde la conquista de la isla en 1066). Se
caracteriza por los templos de grandes proporciones, con naves largas,
un enorme cimborrio y un doble triforio.
Destacan las
catedrales de Winchester, Gloucester, Peterborough, York,
Canterbury y Durham (con la innovación de la bóveda de crucería y el
claristorio superior sobre el matroneo, para aumentar la
iluminación).
ESPAÑA.
La escuela catalana.
La escuela
catalana se desarrolló primero (h. 1000), gracias a la proximidad
europea, la influencia francesa y el botín obtenido por Ramón Borrell I
en el saqueo de Córdoba (1010). Estuvo muy relacionada con la
arquitectura de Lombardía y el sur de Francia, mediante cuadrillas
ambulantes de albañiles (los de Cremona fueron famosos). La influencia
islámica es sólo ornamental.
Se caracteriza
por el rústico aparejo de sillería, cubierta de madera en naves y
bóveda en ábside, decoración lombarda exterior.
A ambos lados
del Pirineo se hallan las primeras obras: San Martín de Cuixà y San
Pedro de Roda (1022). En el s. XI la influencia lombarda se encuentra
en San Vicente de Cardona (1040), en el extraordinario monasterio de
Ripoll (el abad Oliva inicia la cabecera en 1032), con una gran torre,
cinco naves y testero de siete ábsides, arquillos lombardos, lesenas.
Destacan asimismo San Juan de las Abadesas, San Cugat del Vallés, San Pablo del Campo y San Martín de Canigó.
Un románico más
pobre, en las zonas rurales, con características arcaizantes (planta
basilical) lo representan las dos iglesias de Tahull (con sus torres),
h. 1124.
Bien entrado el s. XII persiste el Primer Románico en las catedrales de la Seo de Urgel (1175), Tarragona y Lérida (con bóveda de crucería y arcos apuntados, pero con soportes aún macizos).
La escuela castellano-leonesa del Camino de Santiago.
Hay un problema
terminológico respecto a la arquitectura de los reinos de Castilla y
León. Tradicionalmente (por una concepción nacionalista del arte) se la
ha llamado escuela castellano-leonesa, pero en realidad trasciende
estos límites geográficos y se extiende por el Camino de Santiago, la
gran vía de comunicación de la cultura, el arte, el comercio... a
través de Aragón, Navarra, Castilla, León y llega a Galicia, donde
se encuentra su obra cumbre, la catedral de Santiago de Compostela. Su
difusión hacia el sur del Camino se explica por la imitación. Por
todo ello, debemos asociar el estudio de su arquitectura y de su
difusión al estudio del propio Camino de Santiago, en una
indisoluble unidad artístico-cultural, como corresponde a las
nuevas metodologías formalistas, iconológicas y sociológicas de la Historia del Arte.
Las obras son
financiadas por la población de las ciudades y pueblos del Camino y por
las donaciones de los peregrinos. Hay dos tipos: campesino-monacal
(San Martín de Frómista, San Salvador de Leire, Santo Domingo de Silos)
y urbano (Jaca, San Isidoro de León, Zamora, Santiago de Compostela.
En esta escuela
es predominante la influencia francesa, llegada en cuadrillas de
albañiles contratados por los monjes cluniacenses. En la parte
occidental es patente la influencia catalana en la planta basilical de
la catedral de Jaca en Aragón, mientras que en la parte meridional
influyen el Islam y Bizancio en las catedrales de Zamora y Salamanca y la Colegiata
de Toro (cúpula de crucero con arcos radiales sobre pechina), en San
Martín de Segovia con galerías porticadas laterales.
En el s. XI
destacan en Aragón la catedral de Jaca (decoración geométrica de
ajedrezado, alternancia de pilares y columnas), iglesia y castillo
de Loarre, San Juan de la Peña (cubierto por una roca), San Pedro el Viejo de Huesca.
En el s. XI en Navarra: iglesia del monasterio de Eunate.
En el s. XI
destaca en León el Panteón Real de San Isidoro, con influencia
islámica en el intradós lobulado del arco triunfal del pórtico. En
Castilla: San Martín de Frómista (Palencia).
En el s. XII
hay en Castilla una fiebre constructiva; sólo en Palencia hay 600
iglesias catalogadas. En Segovia: las iglesias de San Millán, San
Esteban y San Martín tienen pórtico de arquerías sobre columnas,
torres solemnes; San Vicente de Avila sigue este modelo. En Soria:
San Juan de Rabanera (románico puro), Santo Domingo (influencia
francesa), San Juan de Duero (influencia islámica en arquerías
lobuladas).
En León se
construye la iglesia de San Isidoro de León (el pórtico era anterior),
con influencia mudéjar en el arco polilobulado del crucero. En el valle
del Duero: influencias bizantinas del Poitou (cúpula sobre
pechinas, conos cubiertos con escamas), con las catedrales de Zamora y
Salamanca y la colegiata de Toro.
Catedral de Santiago de Compostela.
La catedral de
Santiago de Compostela (1075-1211) es la obra cumbre del románico
español y la más evolucionada y monumental de las iglesias de
peregrinación europeas. De hecho, debería clasificarse como una obra
maestra del Románico francés, por su planta tan semejante a la de
Saint Sernin (San Saturnino) de Toulouse. Como un modelo europeo
influyó posteriormente en España y la misma Francia.
Su
construcción empieza en 1075, se interrumpe en 1105 y se reinicia
en 1117 por el obispo Diego Gelmírez (de cultura francesa), que
reparó, abovedó y fortificó la obra anterior del edificio. En 1124
se comenzó la construcción del claustro (tan pequeño que fue
sustituido en el s. XVI). La obra principal se acabó h. 1122-1128. Se
financió con donaciones y ofrendas de los peregrinos, los habitantes de
la ciudad y del rey Alfonso VI (1072-1109), más las rentas del
arzobispo y el derecho especial de acuñación de moneda. La
inmensidad de la obra corresponde a las exigencias religiosas y
sociales de la época, en pleno apogeo del Camino de Santiago y de la
lucha de Castilla y León contra los almorávides.
Los maestros de obras parecen ser sobre todo franceses (Bernardo el Viejo) y se sabe que había 50 canteros dirigidos por Robert.
Se caracteriza por la planta de cruz latina, con tres naves y girola, como todas las iglesias de peregrinación.
Las proporciones son monumentales: 100 m de longitud, nave central de 10 m, naves laterales de 5 m, y la bóveda de la nave central tiene 22 m de altura uniforme.
Recibe influencias arquitectónicas de todos los estilos anteriores: prerrománico asturiano
(ábside recto de la capilla de El Salvador, capillas de planta de
herradura embebidas en los muros, arcos de herradura, canecillos y
decoraciones bajo el alero, contrafuertes exteriores), románico español
(cabecera de Jaca; combinación de nave central de bóveda de cañón y
naves laterales de bóveda de arista de San Isidoro de León), arte islámico (arcos lobulados en la Portada de las Platerías) y, sobre todo, toma elementos del románico francés (girola, capillas radiales, triforio, prolongación de las naves en el crucero) -sobre todo del provenzal-.
Destacan el
enorme crucero de tres naves, la cabecera complicada con una girola
(poco frecuente en España) con cinco capillas, y las dos torres que
encuadran la fachada.
Se hizo un coro en el E de la nave central, siendo el primer coro hispánico (también fue eliminado en el s. XVI).
Las naves colaterales circundan todo el transepto y llegan al deambulatorio sin estrechamiento o interrupción.
El transepto es monumental.
En el interior destaca la articulación de los vanos.
La tribuna se prolonga por el deambulatorio (no se conoce bien la función de este alargamiento).
Hay dos portadas en el magnífico transepto de la primera etapa de construcción, en el N la Portada de Francia (o de la Azabachería) y en el S la Portada de las Platerías.
Al entrar en el vestíbulo encontramos el Pórtico de la Gloria (1188), desde el que se tiene una visión unitaria hasta el ábside central.
3. ESCULTURA.
3.1. CARACTERÍSTICAS.
Es la principal
arte plástica románica. Sus fuentes son los marfiles, orfebrería y
miniatura. Su apogeo se produce en el tránsito del s. XI al XII.
La plástica románica es en general no naturalista, pues su naturalismo es irreal ya que trata los cuerpos como si fuesen inmateriales. Es un arte docente, explicativo, tendente a la formación de los fieles, buscando su formación piadosa.
Es un arte simbólico, que da una imagen del mundo espiritual. Dios es un juez terrible y apocalíptico, lejano, que exige sometimiento.
Escultura arquitectónica.
La ley del marco arquitectónico: supeditación a la arquitectura (poses forzadas), función decorativa.
Concentración en portadas (tímpano, arquivoltas, jambas, parteluz) y capiteles
de iglesia y claustro (vegetales, animales, figuras). En la escultura
exenta tenemos los Cristos en majestad (como el de Batlló).
Escultura exenta.
Temas: el Crucificado (en dos tipos, Maiestas y desnudo), y la Virgen con el Niño sentado en sus rodillas, hieráticos.
Materiales: madera, marfil, metal. Policromía.
3.2. EVOLUCIÓN.
Progresiva
adaptación al marco arquitectónico, con mayor movimiento, hasta que al
final se olvida la función arquitectónica. Diferente tratamiento del
relieve: al principio muy plano y sencillo, al final con naturalismo y
movimiento (sobre todo en los ropajes) en altorrelieve.
3.3. TEMÁTICA.
Hay una relación entre los temas iconográficos y su colocación en el templo. En el tímpano hay los temas de:
a) Dios en el Apocalipsis: Pantocrátor con Tetramorfos y 24 Ancianos del Apocalipsis (San Pedro de Moissac, 1125).
b) Juicio Final:
Pantocrátor con evangelistas, ángeles con trompetas, apóstoles,
Virgen, justos a la derecha y condenados a la izquierda con un monstruo
(San Lázaro de Autun, 1130; Santa Fe de Conques).
En los
capiteles de la iglesia los temas (para educación de los fieles) son el
hombre venciendo al pecado o tentado por el diablo. En los capiteles y
machones de ángulos del claustro los temas son alegóricos (para los
más educados monjes) de monstruos o pecados, o escenas narrativas de la Biblia (claustro de catedral de Gerona, Silos en Burgos).
Carácter
docente: expresividad para comunicar un mensaje religioso, con
alegoría, simbolismo e intelectualización, con mensajes distintos para
los fieles y los monjes.
Fuentes iconográficas: AT, NT, Evangelios Apócrifos, leyendas aúreas, martiriologios, bestiarios, pintura y miniatura.
Figuración
simétrica (a los lados), desproporcionada, técnica sencilla, en dos
planos, sin volumen, integrada en escenas sin perspectiva, con
yuxtaposición de figuras, con un programa didáctico para todo el
templo. Es naturalista, pero poco realista. Tiene una gran rigidez y
una fuerte expresividad.
En muchas de
las iglesias del Camino de Santiago hay una serie de mensajes
esculpidos que terminan en Compostela. Cada iglesia es un vehículo para
un concreto sermón en piedra que se relaciona con el conjunto, aunque
en muchas se repiten los temas. Desde la catedral de Jaca (el crismón
simbólico, visión de Dios como trinidad en el Paraíso, Cristo como
Salvador) a la catedral de Santiago (Cristo como Dios).
Como ejemplo de la escultura románica tenemos la Virgen de la Catedral
de Gerona, estática, desproporcionada, esquematizada, severa, sin
belleza humana, una representación de lo divino, con ropajes
austeros, con detalles de una religión de temor (seguramente el Niño
portaba un cetro).
3.4. ESCUELAS.
FRANCIA.
Diferentes escuelas regionales:
Languedoc:
Pórtico de San Saturnino de Toulouse (Ascensión del Señor, en
románico puro). Destaca el tímpano de Moissac (obra cumbre del
Románico, tema del Apocalipsis).
Borgoña: San
Lázaro de Autun (Juicio Final del maestro Gisleberto). Santa
Magdalena de Vézelay (Pentecostés). Movimiento, figuras alargadas y
flexibles, realismo.
Auvernia: Santa Fe de Conques (Juicio Final).
Provenza: San Trófimo de Arlés (influencia clásica, del relieve de los sarcófagos romanos).
Región de
París: Pórtico Real de Chartres (esculturas-pilares y otros relieves
con variedad de temas, con acentuada verticalidad, y una actitud noble y
serena).
ITALIA.
Influencias
bizantina, francesa y clásica. Fachada de Catedral de Módena y trono
episcopal de Bari (por Wiligelmo). En la catedral de Parma el Descendimiento de la Cruz (1178) por Benedetto Antelami,
el mejor escultor románico italiano. En Pisa el púlpito de la catedral
(por Guglielmo) y la pila del Baptisterio de Pisa (por Guido de
Como).
ALEMANIA.
Tiene una escasa escultura monumental. Portadas de Augsburgo y Hildesheim. Decoración vegetal o animada.
INGLATERRA.
Hay pocos
ejemplos por la preferencia normanda por decoración geométrica y
vegetal y por la mayor influencia de los austeros monjes cistercienses.
ESPAÑA.
Los inicios se localizan en Cataluña, h. 1000, con los capiteles de Ripoll y los dinteles de Sant Genís les Fonts.
En el s. XI destacan:
Tímpano de Jaca con crismón flanqueado por animales.
Portadas de San Isidoro de León.
Portada de las Platerías en Santiago de Compostela (doble naturaleza de Cristo).
Claustro de Santo Domingo de Silos (capiteles y machones).
En el s. XII destacan:
En Cataluña la portada de Ripoll (serie de frisos).
En Navarra (influencia francesa) la portada de Sangüesa, San Juan de la Peña, San Miguel de Estella.
Hay tres
grandes maestros de la época de transición al gótico, en la segunda
mitad del s. XII, destacando en ellos la influencia francesa, con un
creciente naturalismo: el Maestro de la Cámara Santa de Oviedo, el Maestro de San Vicente de Avila y, sobre todo, el Maestro Mateo (activo en 1168-1217), en los tres arcos del Pórtico de la Gloria de Santiago de Compostela, un compendio de la iconografía románica.
4. PINTURA.
4.1. CARACTERÍSTICAS.
Es un arte docente, explicativo, tendente a la formación de los fieles, buscando su formación piadosa.
Es un arte simbólico, no naturalista, que da una imagen del mundo espiritual. Dios es un juez terrible y apocalíptico, lejano, que exige sometimiento.
La pintura puede ser mural o sobre tabla, pues se vincula a los muros del interior -en los que se utiliza la técnica del fresco- y a la pintura exenta en los frontales de altar (los antipendios).
Las formas son simples, casi geométricas. Los colores son planos, sin preocuparse de crear espacio en profundidad.
La miniatura es muy importante, por su carácter docente y como testimonio y difusor de los temas y estilos.
Se caracteriza por un dibujo grueso
(linealidad), que contornea enérgicamente la silueta y separa con un
trazo negro cada superficie cromática; con esta intensificación se
explota el poder del dibujo para la construcción de formas. La
seguridad de la siluetación es admirable en las superficies curvas de
los ábsides, en las que los artistas llegan a sentirse tan cómodos
como en el trabajo de superficies planas.
Hay un color puro,
sin mezclas, o a lo sumo con dos tonalidades. Se prefiere el plano
cromático amplio, en el que se obtienen efectos violentos y con el que
se expresa muchas veces algún simbolismo medieval.
Hay una carencia de profundidad y luz.
Es una pintura bidimensional y plana. Las figuras se disponen en
posturas paralelas a manera de relleno de un plano, y con frecuencia
resaltan sobre un fondo monocromo o listado en franjas horizontales
de diversos tonos. Al no proceder a la mezcla de los colores las
escenas carecen de vibración lumínica, ausencia que contribuye a
resaltar de forma más poderosa la geometría de las formas.
Es una composición yuxtapuesta;
preferencia por las figuras frontales y por la eliminación de
cualquier forma que rompa el plano. En los grupos las figuras no se
relacionan hasta el románico tardío, alrededor de 1200. La
composición geométrica es compleja: triángulos, pirámides,
cuadrados, círculos. Las figuras son hieráticas, sin movimiento,
simples y estilizadas, sin canon (con un canon alargado al final
del románico).
El muro se prepara al fresco
de forma tan concienzuda, aplicando los colores sobre una capa fresca
de cal absorbente (lo que ha conservado muchas obras) que, arrancadas
las pinturas de Berlanga o de Tahull, quedan siluetas y colores
adheridos a la cal; quizás los toques finales se dieran con temple, lo
que ha contribuido a mantener la viveza de los tonos.
Tiene un carácter antinaturalista y simbólico ,
con un gran poder expresivo, falta de realismo, y tendencia a la
esquematización. Este antinaturalismo extremo sigue la escuela
bizantina: el artista prefiere plasmar vivencias antes que reproducir
formas reales. No hay fondos de perspectiva ni paisajes.
El género por
excelencia es la pintura mural, y los mosaicos de influencia bizantina
se usaron sólo en Italia (catedral de San Marcos de Venecia), pero
también se pintaron frontales de altar. En España abunda la pintura al
temple sobre tabla en los frontales de altar (Cataluña y Aragón), con
una temática variada: Cristo, Virgen, Santos. El esquema es simétrico,
generalmente en tres calles verticales. Destacan los frontales de
Seo de Urgel y de Aviá.
4.2. EVOLUCIÓN.
Se distingue un
periodo de románico bizantinizante, en el s. XI y uno de románico
pleno, en el s. XII, ya completamente autónomo, pero no por ello mejor.
Predominan las
influencias bizantina (ubicación, iconografía, hieratismo, siluetas
con grandes rayas), clásica, copta y prerrománica (de cada región), y de
la miniatura mozárabe.
4.3. TEMÁTICA.
Las pinturas se localizan en el interior de los templos, con una finalidad docente, explicando la doctrina oficial de la Iglesia.
Las figuras son hieráticas y frontales. No hay una perspectiva geométrica.
4.4. ESCUELAS.
FRANCIA.
Es el mayor centro de la época, con dos estilos:
A) Local, románico puro, en tonos claros, con figuras sobre fondo dispuesto en bandas anchas.
B) Bizantinizante,
con figuras sobre fondo azul oscuro, con riqueza de color y detalles
decorativos (frescos de Berzè-la-Ville en Saone-et-Loire).
ITALIA.
Hay también dos estilos:
A) Local, en Lombardía, con un románico más puro.
B) Bizantinizante en el Sur (hasta el s. XI hubo dominio bizantino).
ALEMANIA.
Destacan las pinturas murales de Jorge de Oberzell y la iglesia de Schwarzheindorf.
ESPAÑA.
Cataluña.
Cataluña es un
lugar de excepción por poseer los mejores y más numerosos restos de
Europa, al no ser destruidas las pequeñas iglesias del Pirineo
leridano.
La influencia
bizantina es importante, vía Lombardía. Las más antiguas pinturas
murales conservadas son las de Sant Quirze de Pedret, y del Románico
Pleno destacan las de San Climent y Santa Maria de Tahull (de influencia bizantina, con gran estilización de la figura), realizadas por un desconocido maestro de Tahull h. 1124.
Castilla y León.
Destacan las obras del maestro de Maderuelo (en Santa Cruz de Maderuelo, tal vez del mismo maestro de Tahull), San Baudilio de Berlanga y el conjunto del Panteón de San Isidoro de León
(seis bóvedas llenas de pinturas de excelente color y luz, cuyo
Pantocrátor es un obra maestra, con influencia bizantina, general en
todas las mejores obras).
4.5. MINIATURA.
Los talleres monásticos y episcopales, los scriptoria, decoraban con miniaturas los libros religiosos: biblias, salterios, hagiografía, libros profanos...
La miniatura influyó mucho en la pintura mural, mediante su iconografía.
En España predominó la influencia mozárabe (Beato de Liébana, Silos) hasta la llegada en el s. XI de la influencia francesa.
Los centros
principales estuvieron en los monasterios de Cataluña: San Pedro de
Roda, Ripoll y Vic. En Castilla destaca el de Silos.
57. BIBLIOGRAFÍA.
Bango Torviso, Isidro G. El Románico. 431 pp. v. III de Junquera, Juan José; Morales y Marín, José Luis (dirs.). Historia Universal del Arte. 12 vs. Espasa Calpe. Madrid. 1996.
Beckwith, John. El arte de la Alta Edad Media. Destino. Barcelona. 1995 (1964). 270 pp.
Conant, Kenneth John. Arquitectura Carolingia y Románica 800/1200. Cátedra. Madrid. 1987 (1954). 556 pp.
Conti, F. Cómo reconocer el Arte Románico. Edunsa. Barcelona. 1993 (1978). 63 pp.
Duby, Georges. La época de las catedrales. Arte y sociedad, 980-1420. Cátedra. Madrid. 1993 (1966-67, francés). 311 pp.
Durliat, Marcel. El Arte Románico en España. Juventud. Barcelona. 1964. 248 pp.
Durliat, M. Introducción al arte medieval en Occidente. Cátedra. Madrid. 1985. 378 pp.
Focillon, Henri. Arte de Occidente. La Edad Media románica y gótica. Alianza. Madrid. 1988 (1938). 308 pp.
Focillon, Henri. La escultura románica. Investigaciones sobre la Historia de las formas. Akal. Madrid. 1987 (1931). 243 pp.
Gudiol, Josep; Gayá, Juan Antonio. Arquitectura y escultura románicas. v. V de Ars Hispaniae. Madrid. 1948. 404 pp.
Kubach, Hans Erik. Arquitectura románica. Aguilar. Madrid. 1974. 432 pp.
Pijoan, Joan. El arte románico. Siglos XI y XII. Col. Summa Artis IX, Espasa-Calpe. Madrid. 1973 (1944). 625 pp.
Ramírez, Juan Antonio (ed.). Historia del arte. La Edad Media. Alianza. Madrid. 1996. 404 pp.
Schapiro, Meyer. Estudios sobre el románico. Alianza. Madrid. 1985 (1977). 428 pp.
Sureda, Joan. Historia Universal del Arte. Planeta. Barcelona. 1985. 10 vols. Tomo IV. La Edad Media. Románico/Gótico. 401 pp.
Yarza, Joaquín. Arte y arquitectura en España 500/1250. Cátedra. Madrid. 1990. 385 pp.
PROGRAMACIÓN.
57. EL ARTE ROMÁNICO.
UBICACIÓN Y SECUENCIACIÓN.
En BACH, en las
modalidades de Artes y Humanidades y Ciencias Sociales, en 2º curso,
como optativa, así como para otras modalidades.
BACH, 2º curso. Historia del Arte. Apartado 3. Los estilos artísticos: evolución histórica y diversidad espacial.
El arte cristiano medieval: configuración de una iconografía. Peculiaridades españolas.
RELACIÓN CON TEMAS TRANSVERSALES.
Relación con los temas de la Educación Moral y Cívica y la Educación Ambiental (la contaminación es uno de los grandes peligros para la arquitectura y la escultura).
TEMPORALIZACIÓN.
6 sesiones.
1ª Documental,
30'. Diálogo, 10', para evaluación previa. Exposición del profesor,
20', sobre características generales del Románico: cultura, orígenes.
2ª Exposición del profesor, 50', sobre el urbanismo y la arquitectura. Diálogo con cuestiones, 10'.
3ª Exposición
del profesor, 25', sobre la arquitectura. Diálogo con cuestiones, 5'.
Actividades prácticas sobre urbanismo y arquitectura, 30'. El Camino
de Santiago y la catedral de Santiago de Compostela merecen un estudio
especial en la UD, con bastantes diapositivas y un mapa.
4ª Exposición del profesor, 50', sobre la escultura. Diálogo con cuestiones, 10'.
5ª Exposición
del profesor, 25', sobre la pintura. Diálogo con cuestiones, 5'.
Actividades prácticas sobre escultura y pintura, 30'.
6ª Exposición del profesor con refuerzo de lo anterior, 25'. Comentarios de textos, esquemas, mapas, 35'.
OBJETIVOS.
Relacionar Historia de Europa con el Románico.
Reconocer características, escuelas y ejemplos de arquitectura, escultura y pintura.
Resumir la evolución del arte románico.
Analizar obras clave del románico en España.
Valorar el Camino de Santiago como hecho cultural y social.
Valorar el patrimonio artístico.
CONTENIDOS.
A) CONCEPTUALES.
La Europa del año 1000.
Orígenes del primer estilo internacional de Occidente.
Significación del Románico.
Características de arquitectura románica y escuelas.
Características de escultura románica y escuelas.
Características de pintura románica y escuelas.
Románico en España, en especial el Camino de Santiago.
B) PROCEDIMENTALES.
Análisis de la relación entre arte y sociedad.
Análisis de las obras de arte en diapositivas.
Análisis comparativo del lenguaje plástico y visual románico y gótico.
Asimilar conceptos de causalidad múltiple y continuidad.
Comentario de textos medievales sobre arte.
Localización del Camino de Santiago.
C) ACTITUDINALES.
Rigor crítico y curiosidad científica.
Valoración y conservación del patrimonio artístico.
Valoración de la obra de arte como un producto de la sociedad en la que aparece.
METODOLOGÍA
Expositiva y participativa.
ACTIVIDADES.
A) CON EL GRAN GRUPO.
Exposición por
el profesor del tema, con proyección de diapositivas de imágenes y
transparencias de esquemas conceptuales, mapas y planos. Se hará
hincapié en la relación entre sociedad y arte.
B) EN EQUIPOS DE TRABAJO.
Realización de una línea de tiempo sobre el proceso del arte románico.
Elaboración de un mural con un esquema del arte románico y fotocopias de principales obras.
Elaboración de
un mapa de Europa y otro de España con las líneas de difusión del
Románico y los principales lugares. En especial el Camino de Santiago en
un mapa de España.
Realización de esquemas sobre los apartados de la UD: arquitectura, escultura, pintura, cerámica...
Comentarios de obras principales de cada una de las artes.
Comentario de textos medievales sobre arte.
C) INDIVIDUALES.
Realización de apuntes esquemáticos sobre la UD.
Participación en las actividades grupales.
Búsqueda individual de datos en la bibliografía, en deberes fuera de clase.
Contestar cuestiones, con diálogo en grupo, pero respuesta individual en el cuaderno.
RECURSOS.
Presentación digital, tTransparencias, diapositivas, mapas (Europa y España).
Maqueta de un monasterio (St Gall o Cluny) y de una iglesia románica (Santiago de Compostela).
Libros de texto, manuales.
Fotocopias de textos para comentarios.
Cuadernos de apuntes, esquemas...
Documental. Historia del arte y de la cultura. La arquitectura románica. La escultura románica. La pintura románica. San Pablo Films. Excelente didactismo. 8' cada parte, que se puede emitir al principio de la sesión correspondiente.
EVALUACIÓN.
Evaluación
continua. Se hará hincapié en la participación en las actividades de
grupo, la calidad de los comentarios de las diapositivas, el debate
de los contenidos, el dominio de los términos y el análisis de las
características del Románico.
Trabajos documentados y exposición en clase.
Examen final al concluir Arte medieval cristiano (Románico y Gótico), para relacionar ambos estilos.
Examen con dos partes:
1) Tres preguntas breves de esquema sobre características generales de arquitectura, escultura y pintura.
2) Comentarios
de siete diapositivas de arte, sobre arquitectura, escultura y
pintura. Deben ser fácilmente reconocibles. Se valorará la
identificación de la obra y del autor, del lugar donde se halla el
edificio, la época y fase, las características principales del arte en
cuestión, etc.
RECUPERACIÓN.
Trabajo
personalizado guiado por profesor, con bibliografía guiada y atención
de dudas. Deben realizarse esquemas, comentarios de obras y una
entrevista personal.